Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la humanidad está estrechamente relacionado con el acceso al agua y la producción de alimentos. Así, la falta de alimentos provoca que alrededor de 1.000 millones de personas sufran hambre en el mundo. Además, esta carencia amenaza la estabilidad y la paz en muchos lugares del planeta. Por ello, es necesario trabajar junto a las comunidades más desfavorecidas en favor de su progreso. Sin el alimento suficiente, no existe desarrollo posible.
La producción de alimentos está fuertemente vinculada con la seguridad alimentaria y con la protección del medio ambiente, todo ello en un marco en el que el cambio climático se ha sumado como un nuevo vector de gran influencia sobre las cosechas. En un contexto sujeto a los cambios climáticos, medioambientales y a la presión económica por el avance de los biocombustibles, los pequeños agricultores se han convertido en pieza fundamental para fomentar la seguridad alimentaria con sus cultivos. Un porcentaje muy elevado de las poblaciones de los países del Sur, sobre todo en África, son rurales y dependen de su producción agrícola que, a menudo, es sólo de subsistencia.
El programa de Clubes de Agricultores o Farmers’ Club de Humana People to People organiza al pequeño productor en agrupaciones que mediante formación y esfuerzo común mejoran su productividad, introducen técnicas más sostenibles y aprovechan su mayor capacidad de negociar mejores precios de venta como grupo que como entes individuales.
La mayoría de los miembros de buena parte de las agrupaciones de agricultores son mujeres, por lo que pueden considerarse también programas de género y de empoderamiento femenino. Incluyen, asimismo, actividades centradas en el bienestar de toda la familia en relación con los recursos hídricos, el saneamiento, la nutrición, la salud y la educación. Food for all!