Ayer EL PAIS publicó una entrevista con Bill Gates, de visita en España. Gates, al margen del mago de Microsoft, es presidente de la Fundación que lleva su nombre y que gestiona 25.000 millones de euros. Os dejamos aquí un extracto de la entrevista, cuyo contenido invita, al menos, a la reflexión.
– Pregunta. Usted pide a la comunidad internacional que mantenga el nivel de ayudas a pesar de la crisis. ¿Teme un gran paso atrás en este terreno?
– Respuesta. La generosidad continúa en general en alza y eso marca una gran diferencia, porque significa más vacunas para más niños, menos gente muriendo y nuevas semillas, pero aún hay mil millones de personas viviendo en tales condiciones de dureza que, si las tuviéramos cerca, no podríamos más que ayudarles. El gran desafío es que esos pobres no queden olvidados por las dificultades financieras. El dinero que les permite vivir es menos del 1% de nuestros presupuestos. Y el peligro es que sea recortado aún más que otras partidas del presupuesto. Eso supone literalmente menos vacunas, menos semillas o menos medicinas contra el sida, y todo ello para equilibrar el presupuesto de los países más ricos. Para que el dinero sea destinado adecuadamente y tenga un impacto real en la gente, debe ir a aquellos que más lo necesitan. Debemos asegurarnos de que el dinero va a los países pobres, donde puede tener un efecto contundente, y no a los de ingresos medios. Tenemos mucho que hacer para que la gente se sienta reconocida por la ayuda que concede, que sepan lo importante que es mantenerla.
– P. Habla de los países más necesitados. ¿Considera entonces que América Latina no debería ser el objetivo prioritario de la ayuda española?”
– R. Cuando ayudas a países como Perú, un país de ingresos medios, con 10.000 dólares de renta per cápita (unos 7.500 euros), mientras hay niños muriendo de malaria y gente que no consigue medicinas para el sida, el resultado es bastante diferente. Cuando ayudas a este tipo de países con un nivel suficiente de riqueza debes preguntarte por qué, por qué le ayudas. La ayuda debería ser para los más pobres. La Comisión Europea, por ejemplo, ha decidido dar menos ayuda a países de ingresos medios y esa es una gran decisión.
– P. ¿Cuándo cree que podremos ver la vacuna contra el sida?
– R. Ese campo de la investigación científica tiene grandes problemas de financiación. España sí ha ayudado en ese terreno y espero que se mantenga porque hace falta dinero para hacer esta labor. Hay mucha investigación en tuberculosis y malaria que se hace aquí en España, en Tres Cantos; hay una vacuna contra la tuberculosis en España, que es fantástica; hay un grupo en Barcelona a las órdenes de Pedro Alonso que trabaja contra la malaria y que es genial. Y es realmente esa financiación de I+D la que nos proporciona las nuevas herramientas. Esperamos tener una vacuna contra la malaria dentro de unos años. Una vacuna contra el sida va a tardar entre seis y 10 años en llegar, nuestra Fundación es un gran patrocinador. Esperamos que España siga con su apoyo a la I+D, que sí formó parte de su presupuesto en los últimos cuatro años.
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