Hace poco tuve la oportunidad de ver Ciudadano Kane por primera vez. Ciudadano Kane es un film estadounidense de 1941, nominado a nueve premios Oscar, y considerado a menudo como la mejor película de todos los tiempos. Es una cinta hermosa: su cinematografía, música, y estructura narrativa fueron excepcionalmente innovadoras en el momento de su lanzamiento y sin duda deja una impresión poderosa y duradera. ¿Pero es la mejor película de todos los tiempos?
Porque ¿dónde estaban las relaciones interpersonales? ¿Dónde estaba la humanidad de los personajes? Y por curiosidad, ¿dónde estaban los personajes femeninos prácticamente inexistentes?
Todas estas preguntas me llevaron a preguntarme: ¿quién decidió que ésta era la mejor película de todos los tiempos? La respuesta: hombres.
Sólo una mujer ha ganado el Oscar al mejor director (en 2009) y sólo tres mujeres más han sido candidatas. Un estudio de 2007, señala que las mujeres representaban sólo el 15% de todos los directores, escritores, productores, editores y cineastas que trabajan en las 250 películas más populares del año. Además, los personajes femeninos representaban sólo el 28% de todos los personajes de las 100 películas más populares de 2002. Y, en general, el 70% de los críticos de cine que evaluaron las películas estrenadas en otoño de 2007 eran hombres y el 30% eran mujeres.
Estos no son números anecdóticos. Son representativos de una desigualdad pronunciada. Tanto los hombres como las mujeres han hecho contribuciones significativas y duraderas a la humanidad. Pero hay que reconocer que las mujeres no han sido y aún no son iguales a los hombres. La desigualdad de género no es sólo cosa de los países en desarrollo, si no más bien de una parte de nuestra vida cotidiana, de nuestra cultura popular y nuestro subconsciente.
Las mujeres soportan una carga desproporcionada de la pobreza del mundo; de acuerdo con algunas estimaciones, el 70% de los pobres del planeta son mujeres, al tiempo que realizan el 66% de trabajo en el mundo, producen el 50% de los alimentos, pero ganan un 10% de los ingresos y poseen el 1% de la propiedad. Los salarios nominales de las mujeres son 17% más bajos que el de los hombres. Una reciente encuesta de 3.000 directivos en el Reino Unido muestra que el 73% de las mujeres encuestadas consideraba que aún existían obstáculos para que las mujeres llegaran a cargos de alta responsabilidad, mientras que sólo el 38% de los hombres sentían lo mismo. Y de acuerdo con investigaciones recientes, el 66% de las personas afectadas por desastres relacionados con el clima en las economías en desarrollo son mujeres.
Las mujeres por lo general tienen menos acceso a atención médica, la propiedad y el empleo, y son mucho menos propensas que los hombres a ser políticamente activas. Las estadísticas indican que las mujeres corren más riesgos que los hombres de ser pobres y a estar en riesgo de hambruna a causa de la discriminación sistemática a las que se enfrentan en materia de educación, salud, empleo y control de los bienes. Ser pobre también puede significar tener poca protección contra la violencia y carecer de papel alguno en la toma de decisiones.
Continuará….
Liz Chiappa
Departamento de Proyectos