Un jersey Bimba & Lola, una camisa Hugo Boss, una chaqueta Calvin Klein y otra Loewe, un abrigo Armani o un chaquetón de Chanel. Son algunas de las prendas que han llegado a un contenedor Humana y que, después de pasar el filtro de calidad en una planta de clasificación, han acabado en alguna de las 15 tiendas de ropa de segunda mano que Humana tiene en Madrid. De esta forma, los clientes pueden conseguir un producto de marca por un precio hasta diez veces menor que el original. Es la marca a precio de ganga.
Humana Fundación Pueblo para Pueblo cuenta con 125 contenedores en Madrid que recogen anualmente unas 800 toneladas de ropa usada. Todo ello se traslada a la planta de clasificación de Leganés donde un equipo de profesionales lo clasifica y separa en función de su calidad. Buena parte de esas prendas, hasta un 13%, se vende en las 15 tiendas de Madrid.
Entre esos miles de kilos de ropa, en ocasiones se hallan «pequeñas joyas», prendas de firma que los donantes depositan en los contenedores y que ofrecen un alto valor añadido a los clientes, ya que la relación calidad-precio es más que interesante: hay chaquetas, bolsos, americanas o camisas cuyo precio original supera los 200 euros (a veces incluso tienen la etiqueta puesta: no han sido estrenados jamás) y en los establecimientos Humana pueden adquirirse por menos de 30.
¿Cuál es el motivo que impulsa a una persona a donar una prenda de marca? Javier Paredes, responsable de Tiendas Humana en Madrid, afirma que «en general la gente dona lo que ha pasado de moda, lo que no se pone o lo que no le queda bien… sin fijarse en la marca. Uno no conserva en el armario una prenda únicamente porque es de marca. Además, las de marca pasan de moda más rápido que las prendas comunes o básicas«.
Y añade: «Los motivos por los se dona ropa son diversos: porque ha pasado de moda o renuevan su armario, hasta los que tienen una conciencia solidaria y saben que su donación tendrá un fin social. Y los que tienen un compromiso medioambiental y saben que la reutilización ayuda a evitar residuos«.
En líneas generales, los clientes de las tiendas Humana responden a tres perfiles: el que busca ropa de cierta calidad a precios bajos, el que persigue ropa vintage y el que quiere colaborar con los proyectos de cooperación al desarrollo que impulsa la Fundación. «Efectivamente tenemos clientes que buscan marca«, explica Pareces, «buscan gangas y precios bajos. Acuden a nosotros porque no pueden o no quieren comprar dicha marca al precio original«.
La plantilla que separa y clasifica la ropa así como las dependientas de las tiendas disponen de una guía, elaborada a nivel interno, para saber la categoría de una prenda determinada. «No conocemos todas las marcas del mercado, ni mucho menos«, añade Javier Paredes, quien indica que el precio de la ropa en las tiendas se establece en función de varios criterios: «La calidad que tengan las prendas donadas, la propia marca, el país y el material de fabricación, etc.«.
Las tiendas Humana en Madrid han experimentado un incremento en la afluencia de clientes: en el primer semestre del año han contabilizado 257.843 tíquets de compra, un 38% más que en el mismo periodo del año anterior. Diego Elena, también responsable de Tiendas Humana, explica los motivos de este aumento: «La crisis ha provocado que haya más personas que acuden a nuestras tiendas. Además, en nuestro país el secondhand está cada vez más de moda. Sin olvidar el valor añadido de la función social que realizamos«. Y es que comprar en nuestras tiendas tiene el valor añadido de colaborar con proyectos de cooperación y otros proyectos de ayuda social en España.
Las prendas depositadas en los contenedores tienen dos destinos: una parte se envía a la planta de clasificación que la Fundación tiene en Leganés y el resto, aquello que no se tiene capacidad de clasificar, se vende a empresas de reciclaje. Las prendas que son enviadas a la planta se distribuyen de la siguiente manera:
- Un 13% se destina a las 15 tiendas de Madrid.
- Un 50% se envía a África para ser vendidas a precios bajos a comerciantes locales con el fin de satisfacer la demanda de estos países, impulsar la actividad económica local y generar recursos para el desarrollo.
- Un 30% se encuentra en un estado que no permite su reutilización por lo que se vende a empresas de reciclaje textil.
- El 7% se destina a los centros de tratamiento de residuos: no se pueden reutilizar ni reciclar dado su estado.