Hoy nos hacemos eco de una noticia publicada en la edición on line del diario Público, una más de las que se han difundido estas últimas semanas en prensa, radio y televisión sobre este tema. El Cuerno de África, al borde de la hambruna es el dramático titular de una información que muestra la desesperación en la que está sumida esta parte del continente africano. La crisis por el conflicto armado y la sequía en Somalia afecta a 500.000 niños y niñas, que están en situación de inminente riesgo de muerte. Una catástrofe humana de proporciones escalofriantes.
El problema es que en Europa y Estados Unidos. se desperdicia cada año, de media, unos 100 kilos de alimentos frente a los entre 6 y 11 kilos per cápita del África Subsahariana o Asia, según la FAO. Se trata de 1.300 millones de toneladas que bien se pierden en el proceso de cosecha o bien acaban directamente en la basura. Sobran los comentarios.
Es hora de impulsar programas de educación que fomenten un consumo responsable en el que prevalezcan los productos locales e invitar a grandes superficies comerciales y a los fabricantes a que promuevan envases en los que prime la calidad de conservación de los alimentos, por encima de una presentación espectacular. Y, además, promover sistemas que permitan que los alimentos perecederos se destinen a otras cadenas alimenticias, como las de los animales, una vez que no son aptos para consumo humano.
Y, lo más importante, para asegurar una nutrición correcta para la toda la humanidad es indispensable fortalecer los programas centrados en la seguridad alimentaria, la agricultura y el desarrollo rural.
Ahora más que nunca, ‘Food for All’.